jueves, 17 de septiembre de 2015

El viaje interior


Obra de Henrique Oliveira
Llueve sobre Holanda. En el jardín las hojas se sacuden con el viento, las gotas de la lluvia caen y dibujan arabescos sobre las baldosas frías.
Desde mi ventana veo el mundo en movimiento.

Llevo varios meses en estado de introspección. Se acerca el invierno, aun no, aunque ya casi es otoño, en el aire se siente el desliz del frío llegar.
Mi estado es de semi hibernación. Se acercan los meses fríos y sólo pienso en el calor de mi hogar.

Desde hace un año, ayer precisamente, vivo sola con mis hijos. Tras una complicada separación, vuelvo a poner los pies sobre la tierra. Ha sido un proceso de crecimiento interior, el sobrevivir desde la independencia y la soledad del inmigrante en tierras lejanas.



En todo este tiempo he aprendido cosas nuevas. Y hoy voy dejando todo lo viejo atrás, todo lo que no vibra conmigo.

Son momentos de aprendizaje, de sabiduría y curación. Necesarios para encontrar el equilibrio interior y volver a levantarme sólida desde la tierra.

Es un viaje personal. Unico e irrepetible. Propio y auténtico.

Hay días silenciosos y hay días musicales. Ruido de cosas, niños corriendo y jugando por la casa, música de fondo y momentos de contemplación y reflexión. Leo libros y artículos, me siento en sintonía con la influencia planetaria y dejo fluir. La pérdida del control es la pérdida del ego.

Los días pasan rápidos, la rutina de todos los días, la pequeña estructura adquirida de viejos patrones de costumbre confrontándose con los ideales y valores de hoy. 

Hay un énfasis en el cuidado de la salud. La nutrición y todo lo que nos alimenta desde el pensamiento, los sueños, las visiones, las reflexiones. Lo que entra desde adentro y hacia afuera.

En la contemplación del infinito encuentro las pistas que me llevan hacia otros confines. Mis pasos no se detienen, siguen hacia adelante.En este viaje voy sola, rodeada del afecto y amor de los que me tienen en sus vidas y pensamientos.

La música alivia las tensiones, recupero el hambre de vivir. De a poco, la oruga se convierte en mariposa.

Hibernar tiene eso también, eso de querer trascender desde lo físico hacia lo espiritual.
Descubriendo la esencia de mi propio ser.
Somos entes vibrantes de energía unidos por la fuerza del amor.

Los invito a cerrar los ojos. Namasté.


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